Internet lo sabe todo. Los buscadores arrojan entradas de cualquier tema que propongamos y hoy en día es casi con seguridad la primera fuente a la que recurrimos cuando queremos encontrar información. Pero si vas a escribir en tu blog y quieres documentarte, elige bien tus fuentes, pues de ellas dependerá la veracidad de tus palabras y la credibilidad de tu marca.
Por muy expertos que seamos en un tema nunca lo sabemos todo. Recurrir a otras voces especialistas, recabar datos sobre lo que afirmamos, utilizar estudios, estadísticas, etc. enriquecen el contenido de nuestros artículos. Sin embargo, no siempre utilizamos bien estos recursos, ¿no os ha pasado que, buscando información sobre un tema, habéis encontrado el mismo dato, la misma cita, las mismas afirmaciones una y otra vez?, pero en blogs distintos, todos atribuyéndose el contenido, sin dar más explicaciones de dónde viene.
La veracidad de las informaciones que ofrecemos en nuestra web o blog corporativo es esencial para crearnos una buena reputación y posicionarnos como referentes en un ámbito. Controlar las informaciones que manejamos, saber tejer los mimbres de un contenido trascendente con los datos obtenidos, propios o ajenos, pero siempre bien referenciados, es la base para un buen artículo.
Los consejos son sencillos, aplicarlos lleva más tiempo que simplemente fusilar informaciones, pero el tiempo es siempre el precio mínimo que hay que pagar por una buena entrada en un blog.
Busca fuentes oficiales. A la hora de recabar información piensa en organizaciones, públicas o privadas del ámbito del que vas a hablar: asociaciones profesionales, ministerios, sindicatos…; en muchas de ellas, a través de la web puedes obtener datos: estudios o noticias; también puedes buscar perfiles de expertos en redes sociales, blogs de especialistas, etc.
Rastrea el origen de la información y tratar de llegar hasta ella. Si en una información publicada, por ejemplo, en un medio de comunicación, citan que determinados datos han sido extraídos de un estudio publicado por una empresa, institución… busca si está disponible en su web, siempre te dará una información más completa.
Cita las fuentes consultadas. Tanto si llegas como si no al origen de la información cita tus fuentes.
Enlaza tus textos con la fuente original para crear valor añadido. Si es posible, enlaza el dato o la declaración con la web oficial de donde sacaste la información. Con ello el tráfico a tu web se verá favorecido ya que otros usuarios pueden llegar hasta tu página buscando el informe, estudio o dato original.
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Imagen: www.pexels.com
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